Las nuevas prendas mágicas que alivian el calor de la ciudad

A medida que las temperaturas en el interior de nuestras ciudades siguen aumentando debemos buscar formas para adaptarnos al nuevo clima.

Mario Picazo

Mario Picazo

Los humanos buscamos la forma de reducir el calor que se acumula en nuestras ciudades donde la población aumenta más que en muchas otras zonas. Construimos edificios más eficientes energéticamente hablando, creamos más zonas verdes y buscamos tener una movilidad menos contaminante que ayude a limitar el insoportable calor urbano

Pero más allá de la transformación que experimenten las ciudades, los futuros habitantes de las ciudades van a poder combatir el calor con ropa hecha de un nuevo tejido que los mantenga frescos. Cada vez se inventan tejidos más preparados para el calor y el último en presentarse tiene propiedades que le permiten radiar calor.

Prendas refrescantes para ciudades tórridas

El tejido que se utiliza está hecho de un material plástico y nanocables de plata. Las propiedades de este material te permiten mantenerte fresco en entornos urbanos aprovechando un principio físico conocido como enfriamiento radiativo. El equipo de expertos liderado por Po-Chun Hsu, de la Universidad de Chicago en Illinois, afirma en su estudio que los resultados son todo un éxito.

Básicamente es un proceso natural mediante el cual objetos, como por ejemplo nuestro cuerpo, irradian calor y se enfrían. Contar con un material capaz de emitir selectivamente radiación infrarroja a través de la atmósfera terrestre de vuelta al espacio implica limitar la acumulación de energía de forma eficiente. 

Está no es la primera prueba que se realiza con materiales refrigerantes, pero a diferencia de lo que hemos conseguido nosotros dice Hsu, la mayoría de esos diseños no tienen en cuenta la radiación del sol o la radiación infrarroja de estructuras como edificios y pavimentos. 

Otro factor fundamental es la orientación. La mayoría asume que el material está orientado horizontalmente hacia el cielo, como los paneles solares en un tejado.  Sin embargo, la orientación real es vertical, como la ropa que lleva puesta una persona.

Tres capas contra el calor urbano

Hsu y su equipo ha conseguido diseñar un tejido que consta de tres capas y cada una tiene una función fundamental. La capa interior está hecha de un tejido común en la ropa, como lana o algodón, algo necesario para dar confort a la hora de llevarla puesta y entrar en contacto con la piel. 

Una segunda capa intermedia consta de los mencionados nanocables de plata. Su función principal es la de reflejar una buena parte de la radiación que nos llega. Cuanta menos energía absorba el cuerpo, menor es el estrés térmico que experimentamos. 

Finalmente, la capa superior está hecha de un material plástico llamado polimetilpenteno, que no absorbe ni refleja la mayoría de las longitudes de onda. Lo que si hace es emitir una banda estrecha de radiación infrarroja con lo que se elimina una cantidad significativa de energía.

El equipo ha realizado pruebas en un entorno al aire libre y los resultados son positivos. El textil se mantuvo 8.9°C más frío que una tela de seda normal y 2.3°C más frío que un material que emitía radiación en un amplio rango de longitudes de onda. 

Cuando se probó en la piel, el tejido era 1.8°C más frío que un tejido de algodón. Además, la sensación de llevarlo puesto era agradable según expertos del equipo de Hsu.

Teniendo este material a mano en días de intenso calor urbano, Hsu afirma que, en teoría, esta pequeña diferencia de temperatura podría aumentar hasta en un tercio el tiempo que una persona podría estar expuesta cómodamente al calor. Algo que aún hay que demostrar.

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Un material textil adecuado como el que plantea Hsu y su equipo puede hacer la vida del urbanita expuesto al intenso calor mucho más llevadera. Foro: Unsplash

¿Mitigación antes que adaptación?

Hacer que nuestra vida en las ciudades sea más llevadera y cómoda es uno de los grandes retos de las próximas décadas. A medida que crece el número de adeptos a las grandes urbes, también crece la necesidad para que las olas de calor, cada vez más intensas, duraderas y extensas sean más llevaderas

De momento no va a ser sencillo hacer que desaparezcan, pero lo que si podemos hacer es que sean más llevaderas. La adaptación a los extremos climáticos como el calor en un futuro, depende de nosotros, aunque tampoco olvidemos que lo ideal sería que no sigamos calentando el planeta más.