La atmósfera terrestre atrapa el doble de calor que en 1993

El equilibrio energético de nuestro planeta se está rompiendo y el balance entre atmósfera y océanos es cada vez más inestable

Mario Picazo

Mario Picazo

La atmósfera terrestre atrapa cada vez más contaminación y entre esos gases contaminantes se encuentran los temidos gases de efecto invernadero que sabemos están aumentando la temperatura global del planeta. De hecho, hay un estudio reciente de un nutrido grupo de expertos que muestra como desde 1993 la atmósfera terrestre atrapa más del doble de exceso de energía que antes.

El desequilibrio energético del planeta es una medida de cuanto exceso de energía hay en su sistema climático. Básicamente refleja cuanta energía entra en la atmósfera directamente del sol, comparado con la cantidad que nuestro planeta emite de retorno al espacio.

A medidad que aumenta la concentración de gases de efecto invernadero se rompe más el equilibrio energético del sistema climático de la tierra. Foto: Unsplash

El desequilibrio del balance energético puede estar afectando a los océanos

Los expertos saben que la magnitud de este desequilibrio de energía es una buena medida del grado de calentamiento que puede experimentar la Tierra.

En los últimos 20 años se ha duplicado, un aumento que preocupa y mucho a los expertos sobre todo por la cantidad de esa energía que están absorbiendo nuestros océanos.

Las observaciones empleadas en el estudio son claras y contundentes y muestran como ese desequilibrio ha aumentado rápidamente en los últimos años.

Entre 1974 y 1993, el desequilibrio energético promedio de la Tierra fue de 0.42 vatios por metro cuadrado. Un valor que se duplicó entre 2004 y 2023 llegando hasta 0.87 vatios por metro cuadrado.

En los últimos 20 años el grado de calentamiento de la Tierra se ha duplicado

La conclusión del aumento observado es que la Tierra ha pedido el balance energético que la caracteriza. Un cambio directamente relacionado con el conocido efecto invernadero que se ha ido amplificando.

Al haber menos energía saliendo del sistema por el aumento de los gases que forman ese invernadero terrestre, el planeta se calienta y parece que gran parte de ese exceso de energía acaba en los océanos.

El deshielo es uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos enérgicamente. Foto: Unsplash

¿Qué implica que los océanos se calienten tanto?

Estos últimos años estamos viendo como las temperaturas de nuestros océanos no dejan de aumentar no solo en extensión, pero también en el tiempo. Las observaciones recopiladas a nivel global indican que este desequilibrio energético que experimenta la Tierra ha ido aumentando desde la década de 1970 hasta duplicarse en 2005. 

Los océanos son como grandes esponjas que absorben calor y la pregunta que se hacen los expertos es ¿hasta cuándo podrán seguir absorbiendo calor al ritmo actual? En la actualidad se encargan del 90 por ciento de este exceso de calor que generamos pero hay mucha energía oculta que no sabemos la repercusión que tendrá en su dinámica. 

El calentamiento oceánico más allá de fenómenos como El Niño no es nuevo, pero desde 2019 se ha observado un aumento significativo de la intensidad y extensión de las anomalías de temperatura del agua. Ese exceso de energía o calor que acumulan hace que sus aguas sean menos efectivas para capturar dióxido de carbono de la atmósfera

Como consecuencia estamos viendo un progresivo aumento del nivel del mar, sumado al calentamiento y su impacto en la vida marina. Los expertos apuntan que la transformación que se está produciendo, en algunos casos va a ser irreversible.

Con toda la tecnología actual tenemos la capacidad de estimar la acumulación de calor en niveles más profundos del océano. Vamos conociendo mejor el océano profundo y sabemos que ese exceso de calor acumulado está llegando a profundidades de hasta 2000 metros o más. 

El exceso de calor que generamos los humanos se esta acumulando hasta 2.000 metros bajo la superficie de nuestros océanos

El problema es que ese calor submarino tardará miles de años en resurgir y hasta que lo haga, podría afectar a las corrientes oceánicas, los niveles de oxígeno y la química marina.

En ese apartado hay mucho interrogantes que pueden estar relacionados con los llamados puntos de no retorno donde ciertos procesos se vuelven irreversibles. 

La vida marina se transforma día a día por todos los cambios de temperatura. Foto: Unsplash

La pescadilla que se muerde la cola

A medida que se calientan los océanos, y lo han hecho más rápidamente este siglo, también se rompe el equilibrio energético del sistema climático. Los expertos asocian una disminución del albedo terrestre (la capacidad de reflejar radiación solar de nuestro planeta) con este hecho. 

Si el planeta se calienta, se funde más hielo y nieve, superficies que tienen mayor capacidad reflectiva por lo que al final se absorbe más radiación aún y aumenta el desequilibrio. Esto está ocurriendo a mayor escala especialmente en la región del ártico, aunque también en otras zonas de glaciares y del hemisferio sur. 

En conjunto y debido a los cambios mencionados, estamos viendo que la temperatura global no deja de aumentar. En este estudio se hace alusión a un aumento de 0.26 grados centígrados por década, el doble de la tasa de calentamiento anterior a 1983.

Si mantenemos los niveles de emisión de gases de efecto invernadero actuales, no va a ser difícil superar el grado y medio de calentamiento planteado hace años como límite de calentamiento.