El Everest repleto de cuerpos descubiertos por el deshielo

Con el paso de los años, el acelerado deshielo ha convertido la ruta al Everest en un cementerio de cuerpos visbles atrapados en el hielo

Mario Picazo

Mario Picazo

El Cambio Climático se está encargando de acelerar el deshielo en un buen número de cordilleras del planeta. Una de ellas, la del Himalaya, ha visto como durante las últimas décadas el hielo y la nieve han ido desapareciendo de las paredes y laderas de una de sus míticas montañas, el Everest.  

Lo llamativo, a parte del cambio que está experimentando el entorno y la biodiversidad en la región, es que cada vez son más los cuerpos visibles de cientos de alpinistas que murieron persiguiendo su sueño de alcanzar la cima de la montaña más alta del mundo.

A parte de los miles de alpinistas que cada año se aventuran a conquistar lo alto del monte Everest de 8.849 metros, este año había un equipo dispuesto a arriesgar sus propias vidas para trasladar algunos de los cadáveres encontrados.

El imponente Everest con sus 8.849 metros de altitud, el techo del mundo. Foto: Unsplash

Un equipo de rescate de cadáveres cada vez más ocupado

En esa expedición se recuperaron cinco cuerpos congelados aún no identificados, incluido uno del que solo se recuperaron restos esqueléticos. Forma parte de la campaña de limpieza de montañas de Nepal en el Everest y en los picos adyacentes Lhotse y Nuptse.

El trabajo de estos escaladores que rescatan cadáveres es duro, sombrío y sobre todo peligroso. No es lo mismo escalar la montaña solo, con tu propio peso y equipo a cuestas que hacerlo arrastrando un cuerpo en ocasiones de gran tamaño. Son largas horas, retirando hielo con hachas, o vertiendo agua hirviendo sobre los cuerpos congelados. 

El equipo de 12 militares y 18 escaladores ha visto como con el paso de los años, el número de cuerpos expuestos ha ido aumentando. Cada vez son más los escaladores que se aventuran a subir a la cima del Everest, pero lo que está poniendo tanto cuerpo accidentado al descubierto, es el exceso de temperatura y el deshielo intenso que se produce cada vez con mayor frecuencia.

Un paisaje dantesco que se perturba más con el paso de los años

Pese a ser la cumbre más alta del mundo, el Everest no es la más peligrosa. Sin embrago de los cerca de 1000 escaladores que intentan llegar a la cima cada año, solo 500 lo consiguen. Unos desisten por el camino, y cada año entre 4 y 5 alpinistas no regresan. 

Se estima que unos 322 escaladores han muerto en la montaña desde que comenzaron las expediciones en la década de 1920. Este 2024 la media es más alta de lo habitual y hasta la fecha ya son ocho los fallecidos en lo que va de temporada. Quedan muchos cuerpos y algunos están ocultos por la nieve o se los han tragado profundas grietas.

Cerca de 1000 escaladores intentan llegar a la cima del Everest cada año pero solo la mitad lo consiguen y entre 4 y 5 no regresan

Un comentario habitual de los que escalan la montaña es que con el deshielo hay algunos cuerpos visibles entre nieve y hielo que aún lucen sus coloridos equipos de escalada. Algunos ya se han convertido en puntos de referencia en el camino hacia la cumbre para otros escaladores.

La subida al mítico Everest se torna compleja con altura a meidad que algunos escaladores se ven sometidos al mal de alturas. Foto: Unsplash

Condiciones extremas difíciles de superar para algunos

El camino hacia la cumbre del Everest se ha convertido en un lugar muy frecuentado está década. Cada día hay más escaladores y hasta llegan imágenes a través de las redes sociales que muestra los atascos humanos que colapsan los caminos y senderos a miles de metros de altura. 

Muchos de los escaladores que se han quedado en el camino se encuentran dentro de la llamada «zona de la muerte». Es un lugar donde el aire enrarecido y los bajos niveles de oxígeno aumentan el riesgo de sufrir mal de altura. Las condiciones extremas que impone la montaña, es especialmente letal para aquellos escaladores menos expertos que han ido en busca de la aventura de su vida.

Rescatar a una persona atrapada e incrustada en el hielo lleva tiempo, y el equipo recientemente tardó 11 horas en liberar un cuerpo encerrado en hielo hasta el torso. Lo consiguieron con unas buenas dosis de agua caliente para soltarlo, algo del hielo, y luego con unas cuantas horas de hacha en mano para romper el duro hielo. 

El hielo preserva los cuerpos prácticamente intactos, por lo que es una imagen de extrema dureza para otros escaladores que suben la montaña o incluso para el propio equipo de rescate. Cada cuerpo rescatado cuesta miles de euros ya que son cerca de ocho rescatadores los involucrados. 

A parte de rescatar cuerpos humanos, la campaña incluye una exhaustiva limpieza, con un presupuesto de cerca de 600.000 euro. Para ello se empleó a 171 guías y porteadores nepaleses y se recuperaron cerca de 11 toneladas de basura. Esta es una situación que pide a gritos soluciones urgentes para evitar que el Everest se convierta en un cementerio y un vertedero.