El cambio climático amenaza el Patrimonio Histórico Español

A medida que el clima se vuelve más extremo, afecta a nuestro patrimonio histórico con mayor impacto deteriorando muchas estructuras

Mario Picazo

Mario Picazo

El cambio climático afecta a de forma directa a nuestras vidas, a la de miles de especies de plantas y animales, pero también a muchas otras cosas que forman parte del planeta. Una de ellas, es el patrimonio histórico-artístico español, uno de los más valiosos del mundo, aunque como muchos otros, vulnerable a la acción extrema del clima

Un clima cada vez más extremo pone en jaque nuestro patrimonio

Calores intensos, heladas más fuertes, lluvias torrenciales, vientos huracanados o nevadas copiosas, son todos elementos meteorológicos vinculados a un clima cada vez más extremo. El cambio climático hace que el clima sea más extremo en muchos rincones del planeta está afectando directamente a nuestros edificios más emblemáticos.

Una buena parte del patrimonio histórico-artístico español ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Por ello, expertos del proyecto RESCUhE del Instituto Geológico y Minero de España, monitorean desde el 2021 la vulnerabilidad de esas construcciones milenarias al cambio climático.

Las herramientas utilizadas para estudiar el potencial impacto que el clima puede tener sobre ellos, se basan en el uso de modelos numéricos que contemplan los diferentes escenarios climáticos del futuro. Los datos climatológicos los aporta la Universidad de Valladolid, con series climáticas de 60 estaciones repartidas por toda España. 

Cuanto aportemos los humanos en materia de calentamiento global va a determinar lo extremo que podrán llegar a ser algunos eventos meteorológicos y su impacto en estructuras situadas al aire libre. 

Fenómenos meteorológicos que erosionan el patrimonio histórico

La lluvia y el viento pueden ser dos de los agentes más erosivos en el entorno que nos rodea. Por muy dura que sea una estructura, siguen siendo vulnerables a la erosión que tanto uno como otro fenómeno pueden causar. 

Las borrascas que llegan a nuestro país son cada vez más profundas y las DANAS capaces de generar una meteorología extrema más habituales.

Por eso, en algunas zonas de España las lluvias torrenciales son cada vez más frecuentes y preocupan. También se está notando como los vientos se han intensificado y en algunos casos llegan a alcanzar rachas huracanadas.

Patrimonio Histórico
Fuente imagen: Unsplash

Son factores que se convierten en agentes erosivos capaces de dañar las estructuras más sólidas. Además, en muchos casos son predominantes, impactando en determinadas fachas de edificios o monumentos. Cuando un determinado viento acompañado de lluvia impacta de forma constante y duradera en una estructura histórica, acaba deteriorando su exterior.

El hielo es otro de los habituales elementos erosionantes para un buen número de estructuras. Depende de la ubicación geográfica, pero está claro que donde se cuela el hielo, las grietas aumentan y se acaban deteriorando fachadas enteras de edificios. Es lo que los expertos denominan ¨efecto cuña¨ o ¨crioclastia¨.

Ciudades españolas que están en jaque por los extremos del clima

Mientras muchas zonas de España experimentan cada vez menos días de heladas, hay determinadas zonas como León, Salamanca, Granada, Pamplona o la Seu de Urgell que, si las experimentan. Esas ciudades están repletas de edificios de Patrimonio de la Humanidad muy valiosos.  

Los expertos que monitorean muchos edificios expuestos al clima más extremo también manifiestan su preocupación por las constantes oscilaciones térmicas. Hay días que la diferencia entre las temperaturas máximas y mínimas llega a los 20ºC y es cuando algunas construcciones históricas se ven más afectadas. Si encima hay contacto con metal o contienen sales en su sistema poroso, dicen los expertos que el impacto puede ser mayor. 

Patrimonio Histórico
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En esta última categoría se incluyen ciudades como Cuenca, Granada, Girona, Jaca, León, Salamanca, Soria, Sevilla, Pamplona, Valencia y Zamora

Finalmente se hace alusión a las lluvias torrenciales. Cada vez son más frecuentes e intensas a medida que calentamos la atmósfera y los océanos.

Precipitaciones que, al ser de carácter tormentoso en muchos casos, van acompañadas de fuertes vientos. Precisamente este tipo de temporales podrían ser más intensos en zonas habitualmente áridas como Alicante, Almería o Murcia