¿Te has preguntado como se llaman las nubes típicas de tormenta? Se denominan cumulonimbos y su localización ayuda a las previsiones y a evitar posibles daños en la agricultura
Los cumulonimbos son un tipo de nube de gran desarrollo vertical, denso y potente internamente formado por una columna de aire cálido y húmedo que se eleva en forma de espiral rotatorio. Su base suele encontrarse a menos de 2 km de altura mientras que la cima puede alcanzar unos 15 a 20 km de altitud.
Una parte al menos de su región superior es generalmente lisa, fibrosa o estriada. Casi siempre aplastada y se extiende a menudo en forma de yunque o de amplio penacho. Los cumulonimbos suelen producir lluvias intensas y tormentas eléctricas, especialmente cuando ya están plenamente desarrolladas.
Los cumulonimbos están formados por pequeñas gotas de agua y en su región superior por cristales de hielo. También contiene gruesas gotas de agua y en ocasiones copos de nieve, hielo granulado o pedrisco. A veces ocurre que las dimensiones verticales y horizontales de un cumulonimbo son tan grandes que sólo es posible ver sus formas características si la nube se encuentra a gran distancia.
¿Cómo se forman estas nubes?
Los cumulonimbos se forman la mayoría de ocasiones a partir de grandes cúmulos muy desarrollados (cumulus congestus), cuyo proceso de transformación y crecimiento continúa. También pueden desarrollarse a partir de altocúmulos o de estratocúmulos que contienen en sus partes superiores protuberancias en forma de pequeñas torres. Además pueden originarse por la transformación y desarrollo de una parte de un altoestrato o de un nimboestrato.
El cumulonimbo es la nube de tormenta por antonomasia. Durante el invierno está asociada al paso de los frentes fríos. Mientras que, en verano es el resultado del calor, la humedad y la fuerte convección que hace que el vapor de agua se eleve hasta los niveles superiores de la atmósfera y se enfríe por las bajas temperaturas en esta capa y se condense.
Gracias a la tecnología actual, el cumulonimbo puede ser detectado con rapidez gracias al radar meteorológico y así poder prevenir posibles daños en la agricultura, advertir a la población de sus efectos, etc.